Toda puerta es un mundo propio. Y el Kokomat que yace debajo de ella invita a conocer ese mundo sin siquiera haberla abierto. Kokomat define por esencia la vida que se esconde detrás de esa puerta, entregando a quien llega el mejor resumen de lo que allí se vive.
Nuestras vidas están cargadas de momentos: pero sin duda, los que quedan grabados en la memoria, son los momentos alegres.
Porque de eso está hecha la vida: de momentos que perduran. Y ya sea en los buenos o en los malos, el hogar siempre estará esperando, y un Kokomat en una entrada es el mejor recuerdo de lo valioso que se esconde detrás de nuestro cotidiano andar.
Qué cierta es la frase: "Hogar dulce hogar”
Detenerse a pensar un momento en ella produce diferentes sensaciones: tranquilidad, relajo y lo acogedor que un hogar puede ser. Y en Kokomat no queremos que dichas sensaciones pasen desapercibidas.
Elaborados con fibra de coco natural
Los choapinos Kokomat impregnan tu entrada de la dulzura y tranquilidad de la que está revestido este apacible fruto.
¿Cómo comenzó todo esto?
En estricto rigor, este emprendimiento es una expresión más de una amistad de toda una vida. Comenzó como un pasatiempo de verano, pero rápidamente comenzó a requerir más tiempo, compromiso y dedicación. Motivados con buscar un horizonte novedoso y poco convencional, en 2020 decidimos abocarnos íntegra y completamente a Kokomat, haciendo de esta experiencia nuestro motor de vida.
Así, estos años nos hemos preocupado por construir aquello que tantas veces se olvida: que más allá de todo, detrás de un Kokomat se esconde la alegría y el cariño de quienes en él se encuentran retratados. Y nuestro trabajo es recordarlo.